Jose Prieto Mendoza

En Memoria Amorosa de José Prieto Mendoza José Prieto Mendoza, de 90 años, falleció pacíficamente el 28 de agosto, rodeado del amor de su familia. Sus últimos momentos transcurrieron con serenidad, sin dolor, acompañado por quienes lo amaron profundamente a lo largo de su vida. Nacido en 1935 en el pequeño pueblo de Satevó, Chihuahua, México. José fue el menor de cuatro hermanos hombres y el segundo menor de nueve. Desde muy joven se dedicó al trabajo en el campo, primero al lado de sus padres en la granja familiar, y más adelante, cultivando sus propias tierras. En su juventud, formó parte del programa de braceros en Estados Unidos, trabajando arduamente y regresando a México en temporadas, hasta que en 1976 decidió establecerse de manera definitiva con su familia en el estado de Washington. La fe y la familia fueron los pilares fundamentales de su vida. Católico devoto, vivió su espiritualidad con entrega y humildad, sirviendo como Cursillista y Guardián Eucarístico (adorador nocturno). Su amor por Cristo era reflejo de su profundo amor por su familia. José fue un esposo y padre ejemplar: proveedor incansable, guía sabio y hombre de una compasión silenciosa pero profunda. Quienes lo conocieron fueron tocados por su sencillez, dignidad y bondad. Le sobreviven su amada esposa, S. Paula Prieto, seis hijos, numerosos nietos y un bisnieto. Deja un legado imborrable de fortaleza, sacrificio y fe, presente en cada oración, en cada acto de amor, y en cada valor que sembró en su familia. Aunque su ausencia deja un profundo vacío, su espíritu continúa vivo en los corazones de quienes lo amaron. In Loving Memory of José Prieto Mendoza José Prieto Mendoza, age 90, passed away peacefully on August 28, in the presence of his family. His final moments were gentle, without pain, surrounded by the love he spent a lifetime nurturing. José was born in 1935 in the small village of Satevó, in the state of Chihuahua, Mexico. He was the youngest of four brothers and the second to youngest of nine siblings. From an early age, he was a man of the earth — first working alongside his parents on their farm and later establishing his own fields. As a young bachelor, he labored as a bracero in the United States, returning seasonally to Mexico after the birth of his eldest children, until eventually moving his family permanently to Washington State in 1976. Faith and family were the cornerstones of José’s life. A devout Catholic, he lived his faith with deep conviction as a Cursillista and as a Eucharistic Guardian. His devotion to Christ was inseparable from his devotion to his family. He bore the responsibility of providing and guiding with humility, dignity, and a compassion that touched all who knew him. He is survived by his beloved wife, S. Paula Prieto, six children, many grandchildren, and a great-grandson. He leaves behind a family shaped by his strength, his sacrifices, and his unwavering example of faith. Though he is already deeply missed, his legacy lives on in every prayer whispered, every act of kindness shown, and every seed of faith sown within his family. Que en Paz descanse.

Jose Prieto Mendoza

August 28, 2025